Un año más el pundonor, la ilusión, el valor y sobretodo
mucho amor por la Reina de San Marcos, ha conseguido que estos hombres se unan en
una Cuaresma más para meterse en la
penumbra del palio de plata de Nuestra Madre Paz y Concordia. Un palio que
nunca me cansare de repetir que es de los de antes dificultoso por sus caídas,
pesado porque desde su mesa, cirios, faldones, peana y pollero excede en peso a
otros, en definitiva un paso de los de antes. Por todo ello suerte y al trabajo, ¡valientes!
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