jueves, 27 de diciembre de 2012

FESTIVIDAD DE SAN JUAN APOSTOL

La imagen de SanJuan apóstol, obra de DonLuis Ortega Bru estará expuesta durante todo el día  de hoy jueves en el Sagrario de San Marcos.
La vida del «discípulo a quien amaba Jesús» —frase con que él mismo se señala en el Evangelio— se divide en tres etapas: la primera, la conocemos por los libros sagrados del Nuevo Testamento; la segunda nos es casi absolutamente desconocida y la constituye un largo período de años, del cual apenas sabemos dato alguno; de la tercera nos han llegado muchos, a través de los primitivos escritores cristianos y de una firme tradición. — Hasta la promulgación de la reciente reforma litúrgica, celebraba la Iglesia dos fiestas dedicadas al sublime Evangelista. Ha quedado suprimida la del día 6 de mayo, llamada de San Juan «ante Portam Latinam», subsistiendo tan sólo la del 27 de diciembre, con Misa propia.
Fue San Juan Evangelista natural de Betsaida, a orillas del lago de Tiberíades o de Galilea. Por tanto, de la misma patria de San Pedro y de Santiago el Mayor, de quien era hermano. Nació pocos años más tarde que el divino Maestro. Sabido es que los dos hermanos, hijos de Zebedeo y Salomé, fueron llamados por Jesús «hijos del trueno», por su entusiasmo y fogosidad. Pescadores ambos, como su padre, robustos y vigorosos, es decapitarlo Santiago por orden de Herodes Agripa, en el año 42, pero Juan alcanza una longevidad casi centenaria. No es correcto, pues, atendidas todas estas circunstancias, representar «el más joven de los Apóstoles» con una figura femenil y enfermiza. Distinguióse, además, por su temperamento sereno y por su talento elevado, que —aparte la inspiración divina— le hizo gran teólogo. No es lógico, por consiguiente, que lo imaginemos tímido y endeble.
Pedro, Santiago y Juan formaron el grupo predilecto de Jesús. Los tres presenciaron su Transfiguración, le acompañaban en el momento de la resurrección de la hijita de Jairo, fueron testigos de su agonía en Getsemaní.
Entre las predilecciones particulares que el Maestro reservó a Juan, recordemos que en la última Cena le dejó reclinar la cabeza sobre su costado, que fue el único discípulo suyo que estuvo al pie de la cruz, que poco antes de morir en ella le dejó encomendada a su Madre...

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